POR EL DESARROLLO SOSTENIBLE DE NUESTRAS TIERRAS MARGINADAS

Hemos nacido para no resignarnos. Nuestras tierras de la Celtiberia y de la España Rural Interior (ERI) se despueblan, envejecen, avistan la muerte... Pero nosotros hemos heredado el espíritu numantino y queremos combatir contra todos esos males. Desde que nuestros antepasados celtíberos cayeron contra Roma se han sucedido una serie de poderes sobre este inmenso territorio ahora despoblado (situación extensible a toda la ERI); todos aportaron y sembraron, saquearon y pasaron... Pero desde mediados del siglo XX luchamos contra un enemigo mayor: el olvido. Con el franquismo desarrollista y ahora con la pseudodemocracia de la Transición, las administraciones provinciales, autonómicas y estatales han dejado de lado esta "ultraperiferia interior" que apenas aporta votos.

Sin embargo no estamos del todo perdidos. La solución no vendrá de esa "casta" política y administrativa, sino del empuje de una ciudadanía concienciada. Podemos cambiar ese rumbo que ahora parece inexorable hacia el abismo de la nada.

martes, 6 de marzo de 2018

SUGERENCIAS AL PROGRAMA MUNICIPAL DE PODEMOS

                              La llama del municipalismo sigue viva


Jerónimo Lorente, el veterano activista, celtíbero de la Comarca de Molina de Aragón, lleva muchos años reflexionando sobre administración en el mundo rural y municipalismo. Ahora ha recopilado este lúcido y oportuno pensamiento en Sugerencias de programa municipal a Podemos

Cualquier interesado en la problemática de la España Rural Interior debería leerlo.

lunes, 18 de abril de 2016

HICIMOS OÍR LAS REIVINDICACIONES DE UNA CULTURA PARA EL MUNDO RURAL EN EL PLENARIO DEL CÍRCULO ESTATAL DE CULTURA

                                            Intervención de nuestro compañero Alberto Gonzalo

Dos representantes de Podemos Celtiberia estuvieron presentes en el Plenario del Círculo de Cultura Estatal de PODEMOS, que tuvo lugar el día 17 de abril en la Morada de Madrid, estuvimos presentes en la mesa redonda en la que intervinieron Germán Cano (Consejo Ciudadano Estatal), Jazmín Beirak (diputada Asamblea de Madrid) y Estefanía Rodero (secretaria general Podemos Salamanca). Nuestro objetivo era hacer visible nuestro discurso. Fue una sorpresa comprobar que la Estefanía Rodero lo defendió sin que previamente la conociéramos. En el turno de preguntas abrimos fuego para felicitar a la secretaria general salmantina y para refrendar sobre todo la marginalidad del mundo rural, el olvido histórico y, al mismo tiempo, la necesidad de basarse en el patrimonio cultural y natural a modo de palancas para un desarrollo sostenible. Fuimos detallando los olvidos, carencias y la necesidad urgente de acometer estas acciones por parte del Estado, incentivando la Ley de Desarrollo Rural Sostenible de 2007 y otras medidas necesarias. 

Tras nuestra intervención tanto los miembros de la mesa como el público refrendó nuestros argumentos e incidieron en la necesidad de tener presente el discurso del mundo rural en la lógica del Círculo Estatal de Cultura. Nuestra intervención, además, fue la más aplaudida y celebrada. Al final del acto numerosas personas se acercaron para interesarse por nuestra labor, entre ellas la Diputada Sofía Castañón que se comprometió a apoyarnos en las iniciativas legales y otras acciones en el Congreso de los Diputados. La causa de la España Rural Interior esta vez plantó una pica en el territorio de la cultura nacional de Podemos. Seguiremos avanzando.




viernes, 18 de marzo de 2016

LAS URGENCIAS DEL MUNDO RURAL POR FIN LLEGAN AL CONGRESO


JORNADA "ANÁLISIS, RETOS Y PESPECTIVAS EN LA APLICACIÓN DE LA LEY 45/07 DE DESARROLLO SOSTENIBLE DEL MEDIO RURAL.



Como se puede comprobar siguiendo los post de este blog, uno de los ejes de nuestro relato consiste en reactivar la ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, aprobada el 13 de diciembre de 2007 y metida en el cajón del olvido por el mismo gobierno de Zapatero que la alumbró.

En el marco de Podemos y del Consejo del Mundo Rural y Marino del partido morado hemos insistido en que el espíritu de esa ley fuera vertebrador de la doctrina podemita en lo rural. Nos ha costado mucho pero al final lo hemos conseguido. Hoy Podemos apuesta por la resurrección de la ley, con los cambios oportunos, para sacar de la UVI a la España Rural Interior.

La jornada de ayer en el Congreso de los Diputados, abiertas por el propio Pablo Iglesias, fue una escenificación de ese compromiso, dando pie a tres interesantes mesas redondas que propiciaron la información, el debate y la llamada a la acción. Asistieron diputados electos de Podemos relacionados con las comisiones de los temas que estaban en juego.  Estaba organizada por el Grupo Parlamentario Podemos/En Comù Podem y Mareas con la colaboración del Consejo Rural y Marino de Podemos.

Mesa 1. “Retos en la aplicación de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural. Una visión de su origen para su aplicación actualizada y renovada”.

Intervinientes:
-       Jesus Regidor. Profesor Titular, Dpto. de Estructura Económica y Economía del Desarrollo de la UAM. Redactor de la Ley 45/07 de Desarrollo Sostenible del Medio Rural
-        Jesus Casas. Director General de Desarrollo Rural en el periodo en el que fue promulgada la Ley y actualmente. Director de Agricultura, ganadería y Desarrollo Rural del Principado de Asturias
-        Fernando Fernández. Asesor de Agricultura y Medio Rural de Podemos. “La aplicación de la Ley 45/07 en el Horizonte del Programa Marco de Desarrollo Rural 2014 – 2020 de la Unión Europea. Oportunidades y Retos.”
Modera:  Juan Antonio López de Uralde. Diputado. Miembro Comisión de Agricultura, medioambiente y Alimentación 

Interesantes intervenciones del redactor de la ley citada, Jesús Regidor, y del Director General al que le tocó ponerla en marcha, el celtíbero Jesús Casas, quienes pusieron de relieve las dificultades e incompresiones que desde el primer momento encontró la ley, su lucha contra los particularismos, los intereses espurios, etc. Ambos se conjuraron porque ese corpus legal, que todavía es muy vigente, fuera reactivado.


Mesa 2. Desarrollo Sostenible del Medio Rural.

·          Aurelio García, Presidente de la Red Española de Desarrollo Rural
·         Tomás Gracía Azcárate. Presidente del Colegio de Economistas Agrarios. Instituto de Economía, Geografía y Demografía.
·         Concha Salguero. Consultora independiente en políticas agrarias y miembro Plataforma por la Ganadería Extensiva y Pastoralismo. “Relaciones entre la actividad ganadera y la ordenación territorial para el desarrollo rural sostenible. Instrumentos y Medidas”.
Modera: Estefanía Torres. Eurodiputada PODEMOS

Aquí fueron proponiéndose perspectivas muy distintas, la que ofrece un responsable de los GAL, una partidaria de la ganadería extensiva y sostenible y un experto en economía agraria. Todos coincidieron en la desastrosa gestión europea, a través de la PAC y en la necesidad de aprovechar este momento de cambio para implementar nuevas políticas más sostenibles y resistentes a la globalización neoliberal.


Mesa 3.  Desarrollo Sostenible del Medio Rural II

·         Juan Manuel Palomares. Responsable de Desarrollo de la Rural de la Comisión Ejecutiva de la Unión de Uniones Agrícolas y Ganaderas.
·         Pablo González. SOC. Sindicato Andaluz de Trabajadores.
·    Maria del Mar Martín. Plataforma Rural. Gerente del CEDER Nordeste de Segovia. CODINSE y de COCEDER. 
Modera: Ariel Jerez, Coordinador del Consejo de Mundo Rural y Marino. PODEMOS.

Pablo González insistió en“incorporar la justicia social y la calidad en los servicios públicos en el medio rural. Medidas de lucha contra la pobreza y la desigualdad en el medio rural”.  Mar Martín en  “reconstruir una nueva cultura de  participación y organización social como base para la estrategia de desarrollo sostenible del medio rural”. Palomares valoró el rol de los agricultores ante los desafíos que se presentaban.





martes, 8 de diciembre de 2015

MUNDO RURAL: RADIOGRAFÍA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Recopilamos aquí los artículos de nuestros compañeros de Podemos Celtiberia. Todos son mapeos de una situación agónica para la que se apuntan también las soluciones según el argumentario que podéis seguir en este blog.





Un Mundo Rural Vivo para un futuro de Equilibrio.


Tribuna de Opinión. Diario La Rioja.  27.12.2015

El Mundo Rural riojano tiene futuro, pero para revertir el proceso actuar hay que tomar medidas estructurales y cambios de modelo productivo que lo equiparen en calidad de vida y en derechos y oportunidades al mundo urbano.

La situación del Mundo Rural de La Rioja es similar a la de la España Rural Interior, en que nuestra región se encuentra inserta. Con graves problemas de despoblación, de oportunidades y servicios, el Mundo Rural riojano agoniza perdiendo población año tras año sin que el Partido Popular –en el gobierno regional desde hace ya más de 20 años- haya puesto en marcha medidas encaminadas a revertir la situación actual. Todo lo contrario, ha utilizado nuestros pueblos como feudos y las herramientas económicas procedentes de fondos europeos como la PAC o el programa LEADER para comprar voluntades políticas creando una red clientelar, a base de frontones y piscinas, con la que intentar perpetuarse en el poder, al tiempo que concentrar espacios y explotaciones en manos de cada vez menos propietarios.

El Mundo Rural riojano tiene futuro, pero para revertir el proceso actual hay que tomar medidas estructurales y cambios de modelo productivo que lo conviertan en un espacio en el que la calidad de vida y la igualdad de derechos y oportunidades con respecto al mundo urbano sean semejantes.

Debe acabarse con políticas cortoplacistas que se han demostrado inoperantes y generar de inmediato un tejido de servicios básicos para los pobladores rurales, presentes y futuros, con medidas urgentes como asegurar el acceso a las tecnologías de comunicación exigiendo a las operadoras dotar de cobertura a nuestros pueblos, no sólo para hacer posibles iniciativas empresariales, de autoempleo o teletrabajo, sino para normalizar las posibilidades de relación de las gentes del Mundo Rural en un mundo globalizado.

Hay que asegurar el bienestar de nuestros mayores mediante una asistencia suficiente y la creación de Residencias insertas en el propio Mundo Rural evitando que deban abandonar su entorno con el desarraigo que supone en el ciclo final de la vida. La Residencia de Torrecilla en Cameros es una promesa largamente incumplida por el gobierno del Partido Popular e imprescindible para comenzar la normalización de la situación de nuestros Cameros.

Los recortes en los servicios a las personas dependientes generan una situación de extrema gravedad; este derecho debe de dotarse adecuadamente para proporcionar una atención suficiente y promover que muchos de estos servicios puedan prestarse por los mismos habitantes de los pueblos. Asimismo, el derecho a la salud implica que se implemente un sistema itinerante de servicios médicos especializados como pediatría o geriatría descargando de la prestación de servicios solidarios a familiares y vecinos que se ven obligados a transportar a los enfermos a los centros de referencia.

En nuestros pueblos, especialmente en los de media y alta montaña, deben mantenerse las escuelas rurales y procurar la estabilidad en el puesto de los maestros rurales evitando que cambien de ubicación prácticamente cada año de forma que se genere estabilidad educativa y social.

Y para que estas medidas, y otras, de carácter estructural sean efectivas, es necesario un cambio de modelo productivo y normativo basado en la agroganadería ecológica, el turismo rural sostenible en el que las ayudas estén ligadas a habitar en los pueblos, facilitar las normas higiénico sanitarias para fomentar, sin detrimento de las garantías para los consumidores, los proyectos de transformación en origen de productos agroalimentarios, impulsar el consumo de productos locales, etc.

Debe impulsarse un nuevo modelo energético basado en energías renovables, en el autoabastecimiento (como por ejemplo para las comunidades de regantes) mediante el aprovechamiento sostenible de los recursos energéticos del Mundo Rural.
A nivel medioambiental, debe reconocerse de forma efectiva –y económica- el servicio que el campo presta a las ciudades como proveedor del agua, como espacio en el que se limpian los cielos contaminados gracias al mantenimiento de la masa forestal, o como lugar de esparcimiento y relax para los pobladores urbanos.

En 2007 y con el PSOE en el gobierno de la nación, vio la luz la Ley de Desarrollo Sostenible del Mundo Rural, pero los socialistas no tuvieron voluntad de aplicarla siendo una base suficiente para iniciar un proceso de revitalización del Mundo Rural. Su aplicación debería ser el primer paso.

Pero nada de esto, y muchos otros elementos imposibles de desarrollar en estas breves líneas, son posibles sin que los gobiernos locales (ayuntamientos), las comarcas y mancomunidades tengan la capacidad suficiente para gestionar sus propios recursos y abordar sus problemas.

La Ley Montoro de 2013 (Ley de Sostenibilidad y Racionalización de la Administración Local) supone una agresión a la autonomía de los ayuntamientos -amparada y promovida por la Constitución del 78-, impidiéndoles una adecuada prestación de servicios y sometiéndolos a la dependencia económica (y por tanto política) de los poderes supramunicipales.

Y si ya la situación es ya grave, los pequeños ayuntamientos podrían desaparecer si se llevara a cabo la propuesta del partido Ciudadanos de eliminar o fusionar los ayuntamientos de municipios menores de 5.000 habitantes.

No habrá un futuro de equilibrio social o económico sin un Mundo Rural Vivo y es urgente que cambiemos las políticas y a los políticos que lo han llevado a la situación actual.

                                                                                         Miguel Reinares
                        Coordinador del Área de Mundo Rural de Podemos La Rioja

                            


                              La cuestión rural  
                           El Periódico de Aragón. 14.11.2015

Ha llegado la hora de abordar la cuestión rural, que es también saldar una deuda con nuestros orígenes abandonados. Fuimos un país rural hasta que con el Plan de Estabilización (1959) el franquismo decidió desquitarse de la autarquía y desbocar el caballo desarrollista para beneficio de unos (los urbanitas Polos de Promoción y Desarrollo) y sacrificio de otros (los pueblos que cedieron con sus jóvenes su futuro). La industrialización galopante se hizo a costa de vaciar los recursos rurales, humanos sobre todo, llegándose a construir un imaginario peyorativo -el paleto, el pueblerino- que alcanza hasta hoy. El régimen del 78 no estuvo a la altura, continuando esas políticas y agrandando la brecha entre el campo y la ciudad.

Hoy el Mundo Rural agoniza, la despoblación y el envejecimiento son los síntomas más acuciantes, en su costado más vulnerable, la España Rural Interior, aunque esto es extensible en nuestro país a casi todo el medio rural. Las tierras donde se ubicaba la antigua Celtiberia tienen, de hecho, menos densidad demográfica que Laponia: 7 habitantes por km2. No es una situación inexorable, es reversible si actuamos con urgencia: el problema tiene origen sociopolítico y también política es la solución. Estamos todavía a punto de cambiar esa inercia, si bien necesitamos toda la voluntad política y todos los instrumentos para conseguirlo. Disponemos ya de un magnífico marco jurídico aprobado y no aplicado (la Ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, complementada con el Real Decreto 752/2010, de 4 de junio). Allí está el diagnóstico, allí se apela a atajar estos males desde las comarcas, un marco territorial mucho más próximo y natural que evita los neocentralismos provinciales y autonómicos; desde esa proximidad se pueden acometer con éxito las urgentes y necesarias medidas que la citada ley sugiere y que están siendo completadas desde muchos foros ciudadanos concienciados del medio rural.

El mundo rural ha cambiado mucho desde el arquetipo desarrollista de Paco Martínez Soria. El sector agropecuario sigue teniendo peso económico, pero sus habitantes desempeñan ocupaciones transversales en varios sectores; es un ámbito heterogéneo, holístico, rico y todavía con gente joven que apuesta por buscar aquí un sustento y una calidad de vida que el Estado se resiste a otorgarles (pagan los mismos impuestos pero no gozan del mismo nivel de servicios). Allí está la despensa y el pulmón del país, las reservas hídricas y el ocio vacacional de muchos urbanitas, pero los transportes pasan a velocidad del AVE y las líneas de Alta Tensión a la de la luz sin dejar un euro compensatorio, los ambulatorios escasean y las ambulancias llegan tarde, como los escolares que tienen que hacer kilometradas para cumplir con su derecho a la educación. Sobre el olvido de nuestras administraciones se superponen los desaguisados y amenazas del imperio neoliberal europeo y mundial. La Política Agraria Comunitaria ha propiciado, sobre todo en la España Rural Interior, un neocaciquismo de grandes propietarios que acaparan tierra en vacíos poblacionales, por no hablar de las amenazas de los voraces procesos de globalización que incrementaría un apocalíptico TTIP en este ámbito: transgénicos, fracking, explotación de las hidroeléctricas, bancos de tierras para las multinacionales, etc.

La solución pasa sobre el papel por una confluencia de acciones de gobierno con el empoderamiento de la ciudadanía rural. Esa acción conjunta y solidaria blindaría la soberanía del mundo rural frente a intereses espurios, nacionales e internacionales. Por eso es tan importante la batalla de la soberanía alimentaria, auténtica barricada frente a las apetencias de las transnacionales de la alimentación, por eso hay que apostar por la agricultura y ganadería ecológicas o los productos de proximidad, por eso hay que salvaguardar todos los ayuntamientos, por pequeños que sean, y fomentar los concejos libres. Sobre esa base democrática se edificará un nuevo mundo rural más libre y avanzado. Pero eso es la teoría, porque al día de hoy los partidos políticos del régimen ya han demostrado su ignorancia, desprecio u olvido (el PSOE aprobó la oportunísima ley del 2007 para luego meterla en un cajón), Ciudadanos, haciendo honor a su nombre, apenas se preocupa del medio rural y, cuando lo hace, es para destrozarlo aún más con propuestas como la supresión de los pequeños municipios. Todos ellos, con distintos matices, se sitúan en una lógica neoliberal que ha hundido al campo y a los pueblos y lo seguirá haciendo. IU no sobrevuela las buenas intenciones, solamente Podemos ha colocado la cuestión rural en el centro del tablero, reconociendo la situación agónica, rescatando la citada ley del 2007, asumiendo sus medidas corregidas y aumentadas. Todas estas iniciativas de rescate rural se plantean a través de activos círculos rurales -el 14N se reúnen en Molina de Aragón, posiblemente la comarca más despoblada de Europa, en unas jornadas que cerrarán Errejón y Echenique- y del Consejo Rural Estatal, compuesto por representantes autonómicos y miembros de los círculos sectoriales.

Ahora tenemos la ventaja de que los problemas están sobre el tapete; hay estudios e iniciativas ciudadanas que han elaborado muchas medidas concretas y cuantificadas para solventar la problemática rural, incluso se han hecho estimaciones presupuestarias de cuánto costaría aplicar las medidas de la citada ley del 2007 y el R.D. que la desarrolla; es bastante menos de lo que les hemos prestado a los bancos a fondo perdido. Es cuestión de apostar ahora por los ciudadanos de un mundo rural en los estertores. Si, como auguran las encuestas, las fuerzas del cambio altersistémico quedan relegadas, la negra nube del olvido volverá a cubrir nuestros campos y los buitres sin alma de la globalización afilarán los dientes… Entonces habrá que volver a las trincheras con el consuelo de que, al menos ahora, los diagnósticos y las soluciones ya están en el aire.

                                                                                                       Hernán Ruiz. Escritor  




                Rural: diagnóstico de un desastre.                                  El Periódico de Aragón. 27.10.2015

Admitimos el término rural en contraposición de urbano, y como los urbanitas somos mayoría, lo asociamos con el lugar de donde viene la leche, los pollos… la comida. De esta forma se produce una reducción de lo rural a lo agrario aplicando el concepto de utilidad competitiva de nuestro mundo consumista. Evidentemente la agricultura y la ganadería, son pilares fundamentales pero no únicos, el mundo rural es mucho más complejo que todo eso.

En segundo lugar hay que admitir “ruralidades”: ¿Son lo mismo las vegas levantinas y mediterráneas que los páramos leoneses? Evidentemente no, las primeras son rurales pero están perfectamente integradas en el mundo urbano de tal forma que, muchas veces, su forma de vida no difiere considerablemente de las ciudades más cercanas; las segundas son, por utilizar un término suave, marginadas; eso es la España Rural Interior, nuestro objeto de debate.

Esos espacios maltratados, desiertos, envejecidos no son sino el resultado de una revolución industrial que en España llegó tarde y con prisas: los grandes complejos manufactureros necesitaban cantidades ingentes de trabajadores mientras en el campo las máquinas dejaban sin trabajo primero a los obreros agrícolas, luego expulsaron a los pequeños terratenientes incapaces de asumir una modernización aceptable y finalmente a los hijos de los supervivientes en pos de unos estudios y una vida más prometedora.  Sólo quedaron los agricultores más fuertes, solos, envejecidos, con pocas posibilidades de crear una familia: la población femenina fue la primera que emigró ante el espanto de verse recluida en un mundo patriarcal, cerrado, asfixiante.

Eso no es muy diferente de lo que ocurría en el resto del mundo occidental, sólo que en otros países, viéndolo venir, tomaron medidas, aquí no; en la España del tardofranquismo el campo era el depositario de las esencias patrias donde convenía que todo se mantuviera imperturbable, controlado por caciques que se erigieron en líderes de los campesinos supervivientes: ni deseaban, ni permitieron el mínimo atisbo de progreso.

Y en esto llegó la democracia…y fue peor, la evidencia del peso poblacional en las elecciones se hizo patente, los partidos buscaban el voto urbano dejando el rural en las manos de los mismos caciques de siempre que rendían pleitesía a Madrid a cambio de puestos de renombre. La entrada en el Mercado Común no cambió mucho las cosas, la PAC mejoró el poder adquisitivo de los agricultores pero se convirtió, junto a la distribución de los Fondos Estructurales, en un instrumento perfecto de clientelismo y además aceleró la despoblación; la lucha por controlar más hectáreas subvencionadas expulsó a los más débiles.

Los pueblos se trasformaron en colonias de jubilados con una pequeña parte de agricultores que en muchas ocasiones administraban sus haciendas desde la ciudad más cercana. Implacablemente los jubilados van desapareciendo y con ellos la necesidad de servicios públicos, son irrentables dicen; la pequeña esperanza de los neorurales o de los emigrantes se esfumó con la crisis, nadie puede vivir en precario y sin servicios.

A todo esto la Administración o Administraciones a lo suyo, penalizan al mundo rural con los mismos impuestos que al urbano; las legislaciones, restrictivas, se aplican con una miopía imposible, intentar que un pobre tendero de pueblo cumpla las condiciones impuestas a una gran superficie es animarle a que cierre el negocio; y los recortes, ¡ay los recortes!,  si en la ciudad son dolorosos en el pueblo son sangrantes ¿Qué hacer cuando te quitan el único autobús que te lleva a un centro de salud que ya funciona a medias? ¿Cuando los asistentes sociales ya no vienen porque con el paro hay mucho trabajo en las ciudades? Sólo una cosa: hacer la maleta e irse a casa de los hijos o a una residencia y dejar atrás el desierto de una vida que alguna vez fue y que probablemente no será jamás.
Todo esto es obvio, casi pueril, todo el mundo lo ve, todo el mundo lo sabe, pero hay que decirlo y enfatizar que no se trata de un problema de orden natural sino un problema con origen político y como tal debe de tener soluciones políticas que deben de partir de las instituciones y administraciones. Como se repitió hasta el infinito toda crisis viene acompañada de una oportunidad, acaso la crisis y una nueva refundación del tejido empresarial nos podía dar ocasión de revertir la dinámica rural-urbano. ¿De verdad a una empresa le compensa situarse en los saturados polígonos industriales de las grandes ciudades? El desarrollo de los medios de transporte y las nuevas tecnologías nos dicen que no siempre; el problema es que ese desarrollo debe llegar, en plano de igualdad, al mundo rural y para ello hace falta voluntad política quitándose las orejeras del voto deseado.

                                                                                  Alberto Gonzalo. Arqueólogo




   


UN MUNDO RURAL. UN PLAN INTEGRAL
                      Blog Mundo Rural Siglo XXI. 24.9.2015
Miguel del Yukon


La política rural no existe en el horizonte mediático ni en el debate político; está capitalizada por la problemática urbana. Tan claro es esto que ni siquiera en el estallido del 15-M, que denunció con ingeniosos eslóganes y consignas los principales problemas de nuestro país, no apareció ni una sola alusión a la agonía despoblacional de la España rural. Y eso acentúa esta condena a muerte; sin embargo, esa ausencia clamorosa en el debate político y mediático es perfectamente reversible si atendemos a las experiencias que estamos viviendo en provincias donde hay plataformas ciudadanas contra la despoblación y por la reactivación de las áreas rurales (como La Otra Guadalajara en la Comarca de Molina de Aragón). Ellas se han preocupado de dar eco mediático a sus problemáticas consiguiendo que, al menos en su ámbito provincial, sea bastante conocida su causa. Esas «causas del olvido y marginalidad» generan mucha simpatía y solidaridad entre una ciudadanía próxima que las percibe como grandes injusticias.

Ya se ha hablado en este foro Siglo XXI, por otros/as compañeros/as, cómo el Mundo rural es un sector estratégico y tiene una de las mejores leyes en desarrollo rural en el cajón del olvido (Ley 45 de 2007 y su R.D 752 de 2010); hoy, quiero centrarme en la parte territorial más natural de relacionarse de los municipios rurales en un territorio: la Comarca y quiero partir del hecho reconocido por todos de que el problema más grave, más importante y más urgente de solucionar se llama la despoblación y también se ha dicho en este foro que la causa fue política y política es la solución y, por tanto, sólo con un auténtico Plan de Desarrollo Integral por Comarca podremos empezar a ver la luz en el túnel de nuestros pueblos.

A pesar de la situación tan dramática que padece toda la España rural, es posible reactivarla y recuperar población si el Estado de la nación y las CCAA toman el asunto como un auténtico deber; es decir, como una cuestión de Estado que impela a las administraciones a activar plenamente esta Ley de Desarrollo Rural dotándola de presupuesto suficiente, al menos durante dos sexenios consecutivos o quizás tres, que es el tiempo mínimo requerido para obtener resultados tangibles de recuperación. No hay que perder de vista que nuestro despoblamiento, a diferencia del existente en otras naciones, no se debe a imponderables extremos climáticos, orográficos o de lejanía; nuestras áreas más despobladas están situadas, por lo general, en el centro del país y están bien comunicadas con ciudades y poblaciones importantes; tampoco se debe ignorar sus potencialidades en recursos naturales, agroalimenticios, micológicos, turísticos, forestales, patrimoniales, culturales, ictiológicos, etc. Por todo ello, poner la citada Ley a pleno rendimiento es abrirle las puertas a la esperanza a todo el mundo rural.

Si bien es cierto  que en estos años de democracia han estado llegando a nuestro territorio una serie de fondos y de subvenciones, también es cierto que no han tenido el resultado esperado; es más, la despoblación en el mundo rural ha seguido aumentando y ni siquiera en los mejores años de la llamada «bonanza nacional» y de la «cresta de la ola económica» se llegó a vislumbrar un atisbo de cambio en la tendencia de despoblación. Estos fondos y subvenciones han fracasado porque sólo guardaron las formas que Europa imponía; nuestros gestores políticos desperdiciaron, una vez más, la implicación real de la ciudadanía y, sobre todo, el trabajo colectivo comarcal, primando más las cortas miras localistas que no iban más allá  de lo que desde un campanario se puede alcanzar a ver y creando incluso malestar entre los propios municipios por desviar «legalmente» ayudas graciables en función de la simpatía ideológica. En definitiva, un verdadero fracaso desde 1991, cuando empezaron a llegar los primeros fondos europeos para el desarrollo rural.

Hoy tenemos 105 comarcas que representan más del 50% del territorio nacional (253.8282 km2) y con una población de 3 millones de habitantes envejecidos en la UVI (a revitalizar).
Tipo de Comarca
Nº comarcas
Habitantes
Km2
A revitalizar
105
3.001.840
253.828
Intermedias
84
5.411.589
136.883
Periurbanas
30
2.165.852
35.360
Total
219
10.579.281
426.071

 Además, añadido a todo lo expuesto anteriormente, existe en nuestras comarcas otro elemento que nos diferencia del resto de la Europa rural: el envejecimiento poblacional, pues no es casual que la industria más importante de ingresos es, sin lugar a dudas, y por encima de cualquier actividad, las pensiones de los jubilados; y ya para rematar tenemos el estigma cultural, producido en los años 60 y 70 del siglo pasado con decenas de películas sobre el “cateto” del pueblo; y si añadimos un arraigo tradicional conservador individualista de postguerra en estos territorios, llegamos a una vulnerabilidad que va a requerir más del doble de esfuerzo que en otros lugares; por eso debemos hacer un frente común para conseguir una cultura rural que resalte los valores positivos que siempre han estado, pero que no hemos sabido hacer visibles. Tenemos en nuestros territorios la mayor factoría natural, ecológica y medioambiental de todo el país: las montañas, las sierras, los bosques y los ríos.
-La salida sólo será posible desde un ámbito comarcal, primero porque ésta es la demarcación territorial natural y casi siempre histórica de relación social y cultural entre los municipios del mundo rural, lo que implicaría una reestructuración de la Ordenación Territorial en todas las CCAA donde no existe la comarcalización y prescindiendo de las anticuadas y graciables Diputaciones Provinciales.
-La salida sólo será posible con la total implicación social y política de la ciudadanía que habita en la Comarca, creando su propia plataforma ciudadana reivindicativa y de compromiso con sus gentes y su tierra, lo que se llama el empoderamiento de la ciudadanía.
-La salida sólo será posible con la elaboración y puesta en marcha de un Plan Integral Comarcal, plenamente asumido por la ciudadanía y contagiando hasta rabiar a la política. Un Plan Integral que sólo podrá ser transversal y participativo.
-La salida sólo será posible con al menos dos sexenios aplicando estas políticas integrales y con el viento totalmente a nuestro favor: restitución de la Ley de Desarrollo Rural y su Real Decreto, una nueva ordenación del territorio por comarcas.

Desde el Círculo Celtiberia-Mundo Rural hemos determinado unas medidas imprescindibles para un Plan Integral Comarcal que deben basarse como mínimo en estos puntos: 1.Educación, 2.Sanidad, 3.Servicios y apoyos sociales, 4.Promoción de la municipalidad, 5.Vivienda 6.Comunicaciones y transportes, 7.Medioambiente, 8.Apoyo a las iniciativas productivas generadoras de desarrollo y empleo, 9.Agricultura, 10.Patrimonio y cultura, 11. Legislación.
El texto completo, necesario para calibrar la importancia de las medidas, está en el blog de Podemos Celtiberia-Mundo Rural.

Conviene resaltar que las medidas unilaterales o por goteo y los cursos ficticios sin destino de empleo no sirven a estas alturas para reactivar las comarcas más deprimidas ni para recuperar población, siendo de vital importancia aplicar en cada zona el conjunto de medidas trasversales -planes integrales- para mejorar la calidad de vida (servicios e infraestructuras) y crear oportunidades suficientes que sirvan de acicate para que los jóvenes habitantes de nuestros pueblos opten por quedarse y otros vengan a vivir aquí. Para que las personas prefieran vivir en el mundo rural nuestros pueblos han de ofrecer una digna calidad de vida, con la posibilidad de trabajo y vivienda. Justamente conseguir esas condiciones básicas es la apuesta de la Ley Desarrollo Sostenible del Medio Rural: existe cobertura legal, ahora falta la voluntad política de aplicarla.

Quiero acabar este artículo mencionando unas palabras de una de las personas seguramente más preparada y más cualificada sobre el análisis, estudio y propuestas de solución a la problemática de la llamada España Rural Interior: Jerónimo Lorente Hernández, un luchador íntegro, incombustible, solidario y sobre todo desprendido de todo atisbo personalista, un entusiasta de lo comarcal y de lo rural, en definitiva un colectivista. Deseo que tu salud se recupere lo antes posible:

Evitar que la historia de nuestras comarcas no quede sepultada para siempre bajo los escombros no es algo que les tocara hacer a nuestros antepasados porque ellos ya cumplieron con su misión de trabajar con la ilusión de mantener la vida de nuestros pueblos y prolongarla a sus descendientes. Tampoco será una responsabilidad que vaya a recaer sobre los que vengan después porque ellos ya no tendrán misión que cumplir si les dejamos nuestros pueblos definitivamente desaparecidos. La responsabilidad de que no se interrumpa para siempre la vida y la historia de nuestras comarcas nos incumbe a nosotros y sólo a nosotros, a los que vivimos ahora en esta tierra y a todos cuantos la quieren, aunque no vivan en ella. Y si nuestras comarcas se nos mueren a pesar de haber hecho lo indecible por evitarlo, la historia nos juzgará con respeto y como gentes dignas, aunque no hayamos podido evitar su ocaso; pero si se nos hunden sin haberlo intentado evitar por todos los medios, la historia nos juzgará severamente por nuestra abulia; nos juzgará como gentes que no quisieron estar a la altura de su deber cuando había que estarlo" (J.L.H.).



                                                   En la Celtiberia, a 12 de Septiembre de 2015.
Miguel del Yukon
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                  El mundo rural, un sector estratégico 
                    Mundo Rural siglo XXI (Público). 15.9.2015


Vivimos inmersos en una cultura urbana que lo invade todo. Lo rural es como si no existiera. Pero junto con esa España moderna y urbanita existe otra olvidada, rural, con un gran potencial agrícola, forestal, cultural, patrimonial y social que se debate entre el ser y no ser y a la que no se puede esconder ni silenciar por más tiempo.

El Gobierno, consciente de que había desajustes territoriales que había que paliar, comenzó en los años noventa a destinar Fondos de Compensación Interterritorial a las CCAA, pero la falta de políticas de Estado y de fiscalización de esos fondos ha favorecido que los desequilibrios aumenten, siendo en la actualidad prácticamente inviable la vida en la “periferia interior” (no hay servicios básicos, no hay infraestructuras, no se protege el patrimonio cultural y natural, no hay creación de empleo en actividades productivas, de transformación o servicios). El éxodo se ha convertido en el mal endémico de muchas de nuestras comarcas, convertidas en verdaderos desiertos demográficos (densidades por debajo de los 8 hab/km2, población envejecida con problemas de dependencia), lo cual parece imposibilitar la recuperación de las estructuras mínimas.

En este contexto surgen movimientos sociales y plataformas contra la despoblación como herramienta para el empoderamiento ciudadano, y los diversos sectores relacionados con el medio rural se ponen a trabajar en la elaboración de propuestas sensatas para nuestros políticos, con el fin de llegar a revertir –no sin esfuerzo- la situación de la España Rural, o deberíamos decir sencillamente de España. No se trata de que al campo lleguen ayudas, estatales o comunitarias, o parches que justifiquen una mínima sensibilidad política, como quien da una limosna en la puerta de una iglesia. Se trata de que se reconozca el derecho de un pueblo a existir, a reivindicarse como depositario de un saber ancestral y cultural que fue la identidad del país hasta hace sólo 50 años. En ningún otro país la modernidad riñe con la identidad rural, en ningún otro se plantea desmantelar el Medio Rural –desproteger sus recursos, abandonar su capacidad productiva, eliminar su representatividad política- sino fortalecerlo y ponerlo en la vanguardia, tomarlo como eje estratégico del Estado.

Plantear estas cuestiones de empoderamiento rural es imposible sin abrir serios debates sobre instituciones del Estado que nos llevarían inevitablemente a un nuevo “proceso constituyente”, ya que la mala gestión y el despilfarro de fondos no viene de los municipios pequeños como se nos quiere hacer creer, sino de las instituciones que el bipartidismo ha pervertido en su continuado ejercicio del poder y afectan directamente a la situación de desatención actual del Medio Rural. Existen tres niveles de Administración pública por los que hay que apostar: El Estado, las CCAA y los Ayuntamientos y a los que exigir soluciones como ciudadanos. Las Diputaciones, con elección no directamente democrática, fagocitan e intentan suplantar la soberanía municipal que reconoce la Constitución Española y la Ley de Régimen Local a los Ayuntamientos. Hace años que dejó de dar un servicio público de apoyo a lo local para convertirse en un instrumento de poder autonómico, extrapolitizado y de dudoso valor añadido. El Senado, que se ideó como cámara de representación territorial, es a día de hoy un organismo inútil en el que los partidos mayoritarios colocan–mediante la cuota autonómica, que no mediante elecciones- a políticos que los ciudadanos jubilan y cuando hay que votar lo hacen con disciplina de partido y no por intereses del territorio.

En esta línea de reconocimiento y emancipación del Campo y de los Pueblos tienen que ir las políticas, concebidas como un marco para la diversidad de nuestras regiones hispanas que permita la regeneración sostenible en cada lugar atendiendo a su propia idiosincrasia. No hay fórmulas magistrales, no hay que inventar nada, sino aplicar la ley vigente y exigir responsabilidad al partido que gobierne. No se requiere mayor presupuesto de la AGE (administración general del Estado) ni de las CCAA, sino sentido común y estrategia de Estado: Mejores repartos económicos y de competencias, menor dependencia de las coyunturas partidistas, mayor amplitud de miras como país hacia Europa. Entendemos el Medio Rural no como problema o rémora de la sociedad –urbanita- española del siglo XXI, sino como solución a buena parte de su problemática actual. Las acciones políticas para el Medio Rural han de tener una doble vertiente: por un lado específicas (medidas legislativas), y por otro transversales porque afectan a toda la sociedad en su conjunto. En la mayoría de los casos es simplemente reconocer la igualdad de derechos (acceso a sanidad, educación, servicios), en otros es la protección de los recursos productivos para la generación de empleo (ganadería, agricultura, silvicultura, gestión de montes, patrimonio, cultura) y en otros se relacionan con la transformación y el valor añadido. Para una buena implementación de estas medidas, deberían reconocerse en las áreas de Sanidad, Educación, Dependencia, Vivienda, Cultura, Medio Ambiente, Ordenación del Territorio, Soberanía Alimentaria, Garantías democráticas, etc…

CONSIDERACIONES SOBRE EL MEDIO RURAL. El Medio Rural ocupa el 90% del territorio estatal, y representa el 20-35% de la población española. Así pues, la mayor concentración demográfica del país se distribuye en las grandes ciudades y en la zona del litoral Mediterráneo. En el resto del Estado, nos encontramos con una densidad de población extremadamente baja y cada vez más envejecida, y un crecimiento vegetativo negativo desde los años 50 del siglo pasado. Históricamente, se ha atribuido este crecimiento vegetativo negativo en las áreas rurales a la problemática de la orografía y la climatología pero, aunque esto se pueda aplicar a ciertas zonas muy concretas, lo cierto es que este paulatino abandono del campo por parte de la población se debe más a la voluntad política que a otras cosas.

Desde finales de la década de los ochenta Europa ha intentado potenciar políticas de desarrollo rural sostenible para mejorar la calidad de vida de los habitantes de las zonas rurales e invertir este decrecimiento y el envejecimiento de su población. Dichas políticas se plasmaron en documentos oficiales, como el Libro Blanco del Informe sobre el Futuro del Mundo Rural (1988), la Declaración Final de la Conferencia de Cork (1996), o la Estrategia Territorial Europea (1999). E incluso se ha intentado hacer frente a esta situación a través de la Reforma de la PAC de 2003, creando un segundo pilar de ayudas destinadas al Desarrollo Rural y fomentando los principios de flexibilidad, descentralización, subsidiariedad y simplificación operativa, pero lo cierto es que la voluntad de los Gobiernos estatales que lo han tenido que implementar ha sido escasa, por no decir nula. Más sangrante todavía es saber que hemos tenido legislación a nivel estatal de gran calidad para implementar políticas beneficiosas para el Mundo Rural, pero o nunca han llegado a aprobarse, o han caído en el olvido, o han sido derogadas, como el Libro Blanco para la Reforma del Gobierno Local (2005), la Ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, o el Real Decreto 752/2010, de 4 de junio, que aprueba el primer programa de Desarrollo Rural Sostenible para el periodo 2010-2014. Todos ellos documentos que buscaban un giro de 180º para revertir la cada vez más insostenible situación de la gente que habita esas zonas y que se traduce en una calidad de vida cada vez menor, una falta abrumadora de servicios básicos, y una carencia absoluta de posibilidades de futuro. Todos esos documentos están cogiendo polvo en un cajón por culpa de la voluntad política: pocos votos hay para ganar en las zonas rurales y además están demasiado dispersos como para hacer el esfuerzo.

España necesita dotarse de una legislación adecuada para el fomento del desarrollo de su Medio Rural, que ha de tener como referente las políticas comunes europeas y las orientaciones comunitarias, como la Estrategia de Lisboa de 2000 en relación con el empleo y la competitividad o la Declaración de Gotemburgo de 2001 en relación con el logro de un desarrollo sostenible. Pero, al mismo tiempo, es necesario establecer una política rural propia, plenamente adaptada a nuestras condiciones económicas, sociales y medioambientales particulares. El Estado debe plantear herramientas marco para atender la diversidad rural existente en España, y favorecer que las áreas rurales desarrollen sus propias estrategias de mejora para su supervivencia.

La política en el pasado desmanteló y despobló España Interior y solo la política de hoy puede volver a hacer la vida digna en nuestros territorios y mirar al Mundo Rural como un sector estratégico para el país, nuestras sierras con sus bosques son nacederos de agua y bienes de interés vital, factorías de oxígeno, vida, lluvia, sumideros de dióxido de carbono y depositarios de la cultura tradicional.

                                                                          Marta Chordá Pérez y Diana Sánchez Gracia